El régimen cubano continuó violando de manera sistemática la libertad de religión y creencias (LdRC) durante 2024, reveló un nuevo informe de la organización Christian Solidarity Worldwide (CSW).
El documento, titulado “Sin Respiro: La Represión Sistemática de la Libertad de Religión o Creencias en Cuba”, registra 624 incidentes distintos ocurridos en 2024, casi todos ellos con múltiples tipos de violaciones. En total, se documentaron 1.898 vulneraciones.
Las agresiones afectaron a una amplia gama de comunidades religiosas —desde grupos afrocubanos y testigos de Jehová hasta católicos y evangélicos— e incluyeron detenciones arbitrarias, vigilancia intrusiva, interrogatorios, amenazas y multas. CSW también reportó casos de abusos físicos y verbales contra menores en entornos escolares por motivos religiosos.
El informe denuncia que el gobierno intensificó en 2024 la imposición de multas a líderes religiosos por realizar actividades no autorizadas o prestar ayuda humanitaria en comunidades necesitadas, en un contexto de creciente crisis social y económica.
Lee también Piden 8 años de cárcel a pastores cubanos por defender a su hijo con trastornos psiquiátricos en juicio militarLas tácticas empleadas por el régimen recuerdan patrones represivos de décadas anteriores, dijo la organización. Se han reportado citaciones constantes, restricciones de movimiento, uso de Actas de Advertencia y despidos laborales por motivos de fe.
“El gobierno cubano continúa criminalizando las creencias y el activismo pacífico”, señaló Anna Lee Stangl, directora de Incidencia Política de CSW.
“Nos solidarizamos con estas personas y con todos aquellos que se han visto obligados a exiliarse a causa de su religión o de su defensa pacífica de los derechos humanos. Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que redoble sus esfuerzos para exigirle cuentas al Gobierno cubano por la severa y continua represión que ejerce contra el pueblo”, agregó.
El informe también destaca que La Habana continúa fortaleciendo lazos con gobiernos autoritarios como China y Rusia, lo que, según CSW, “debería ser motivo de preocupación para todos los actores internacionales comprometidos con la democracia y los derechos humanos”.
La represión a la libertad de religión o creencias, lejos de menguar, se ha institucionalizado en Cuba como parte de un aparato represivo más amplio, ante el cual, como subraya el informe, miles de cubanos aún encuentran el valor de resistir.