En la primavera de 1989, decenas de miles de estudiantes se reunieron en la plaza pública más grande de Pekín para lamentar el fallecimiento de un líder del Partido Comunista Chino (PCCh) que intentó conducir al país hacia un sistema más abierto y democrático, pero fueron masacrados por los militares, recordó el gobierno estadounidense en declaraciones de homenaje a las víctimas.
"Sus acciones inspiraron un movimiento nacional. Cientos de miles de ciudadanos comunes, tanto en la capital como en toda China, salieron a las calles durante semanas para ejercer su libertad de expresión y de reunión pacífica, defendiendo la democracia, los derechos humanos y el fin de la corrupción rampante", dijo el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, en ocasión del 36 aniversario de la matanza.
Las autoridades chinas respondieron a la protesta con brutal represión, enviando al Ejército Popular de Liberación a abrir fuego para intentar sofocar el sentimiento prodemocrático de los civiles desarmados congregados en las calles de Beijing y en la plaza de Tiananmen, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.
Aunque el Partido Comunista Chino intenta activamente censurar los hechos, el mundo jamás los olvidará, subrayó Rubio.
"Hoy conmemoramos la valentía del pueblo chino que fue asesinado al intentar ejercer sus libertades fundamentales, así como la de quienes continúan sufriendo persecución mientras buscan justicia y rendición de cuentas por los sucesos del 4 de junio de 1989", afirmó el secretario de Estado. "Su valentía ante un peligro inminente nos recuerda que los principios de libertad, democracia y autogobierno no son solo principios estadounidenses. Son principios humanos que el PCCh no puede borrar", concluyó.
El congresista republicano por Florida, Mario Díaz-Balart, también recordó la fecha.
"En el 36° aniversario de la Masacre de la Plaza de Tiananmen, recordamos a los miles de estudiantes y civiles que valientemente salieron a las calles para protestar pacíficamente y ejercer su libertad de expresión en pos de la democracia, los derechos humanos y el fin de la corrupción", escribió en un post en la red social X.
Ese día, añadió, el mundo fue testigo de como el gobierno chino reprimió brutalmente a civiles desarmados en un intento de suprimir la disidencia pro democracia.
"Treinta y seis años después, nunca debemos olvidar su coraje y debemos seguir denunciando la represión que todavía se inflige contra Falun Gong, los uigures, los cristianos, los activistas pro democracia y muchos otros grupos perseguidos en la China comunista", señaló Díaz-Balart.
Su colega, el también congresista por Florida Carlos Giménez, dijo que los jóvenes de Tiananmen siempre serán recordados por su valiente lucha prodemocrática frente a los tanques y las balas.
"Nunca olvidaremos a los valientes luchadores por la libertad que se enfrentaron a la opresión, y nunca dejaremos de luchar por la libertad en todo el mundo", escribió en un post en X.
Organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos han llamado a China a responsabilizarse por los sucesos ocurridos hace más de tres décadas. El gobierno chino se empeña en prohibir cualquier tipo de homenaje o esclarecimiento de los hechos, y nunca ha publicado una cifra oficial de muertos.
También han criticado la poca presión internacional sobre este tema, lo que, señalan, facilita que el gobierno chino incremente sus acciones represivas en la actualidad contra comunidades vulnerables, como la uigur, de religión musulmana.